sábado, 22 de noviembre de 2014

El acero Damasco...una breve reseña


Hablar de Toledo, es hablar de su acero. La historia relata que al río Tajo se le han atribuido propiedades casi milagrosas, desde la magnificencia de sus aguas para templar hasta las arenas del mismo, donde se cree que se encuentra la clave de la calidad del acero.

El hombre empezó a  crear moldes con los que podía obtener después reproducciones de los objetos que creaba. Nació así la técnica de la fundición (proceso de fabricación de las piezas, consistente en fundir un material e introducirlo en un molde)  que se desarrolló posteriormente a gran velocidad hasta llegar a los cuchillos y a las espadas. Fue la espada de bronce la que inició este proceso hasta llegar más tarde a la aparición de nuevas composiciones de metales, ideales para conseguir más dureza y elasticidad. Con todo ello se llegó a la composición del acero Damasco.

La descripción más antigua de las espadas de acero Damasco data del año 540 d.c, aunque no hay pruebas exactas en este sentido, llegando a afirmarse que su aparición podría haberse dado mucho antes. Se trata de un tipo de acero fabricado en la India  que se instaló más tarde en Damasco (capital de Siria) en la época de Domiciano hasta llegar a extenderse posteriormente  por varios lugares del mundo. 


Cuchillos en acero Damasco (Fuente: AlasorillasdelTajo)
Pero, ¿cómo llegó a Toledo?  En un momento en el que se intentaba encontrar una evolución en las espadas, una mejora en la calidad de las mismas, los espaderos toledanos empezaron a investigar la composición del acero damasquino, que es como también se le llama al acero Damasco. Las superficies veteadas, y su facultad de ser fuerte y sin quebrarse se convirtió en la seña de identidad del acero damasquino, aunque bien es cierto que siempre hubo una relación estrecha entre los espaderos toledanos y los de Damasco.


    
Hoy en día, el legendario acero Damasco sobrepasa el porcentaje del acero al carbono extraduro logrando a situarse en el intervalo del 1,4% al 2,1 % de carbono en masa. Pero si por algo se caracteriza el acero damasquino es por la forja en caliente, a bajas temperaturas, que tritura los carburos de hierro primarios, consiguiendo de este modo una gran resistencia al desgaste y una excelente tenacidad. 

Por otro lado, si el acero se trata térmicamente, es decir, a una temperatura alta seguida de un enfriamiento lento, se puede conseguir una superficie muy estética. El control llevado a cabo del calentamiento y el enfriamiento permite hacer visible las bandas de trazado sinuoso y de gran belleza.

Actualmente el acero Damasco se distingue de sus competidores por su gran resistencia al desgaste, su tenacidad, su belleza y la magia  de su superficie y se emplea mayoritariamente a la fabricación de cuchillos de alta gama, cuchillos de caza y navajas. Toledo acoge en este sentido una gran variedad de piezas en acero Damasco, que junto al arte del damasquinado toledano  lo convierte en una verdadera ciudad artesanal.

2 comentarios:

  1. Creo, que es una explicación, lo bastante convincente del acero damasco, ya que hasta el momento, nadie en Toledo, había hecho un artículo, dedicado al acero damasco. Ya era hora.

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